A propósito de Mucha Pintura

“Mucha Pintura” es un proyecto probablemente tautológico: hablaremos mucho de pintura argumentando con mucha pintura.

La intención de “Mucha Pintura” es sincerar la idea y la experiencia que tenemos acerca de que la producción de pintura es actualmente tan vital y desbordante como lo fue durante las últimas décadas, cuando el acto de pintar fue tantas veces sospechado de ser un muerto viviente.

Siendo como ha sido que el acto de pintar conservó impávido su vitalidad y juventud, continuó dando muestras de una potencia prometedora de sorpresas y novedades.

Esta muestra tiene la intención de reunir lo producido por un número amplio de autores, que abarcan todo un abanico de edades e imaginarios, como verdadero testimonio de la vitalidad y consecuencia a las que hacemos alusión.

Mariano Benavente es un artista reposado, que desarrolla un proceso apasionado y perseverante, lleno de sutiles reflexiones y cada vez más complejos recursos para hablar en torno a, y homenajear profundamente, una vieja tradición.

Sofia Spinnato es muy joven y entusiasta, y despliega unos frisos llenos de vehemencia y descripciones, a pleno color y con frenéticas modulaciones, que hacen pensar que sus multitudes sólo existen para darle confianza y reafirmar su alegría de pintar.

Teresita Olhaberry, nos mete de cabeza en sus paisajes deslumbrantes que parecen siempre querer estar chocándose con nuestras narices, preguntandonos: ¿quién es real aquí?

Lía Porto es pura energía: prodiga formas y colores sin agotar un infinito de acentos y combinatorias, hace saltar nuestras miradas de una excitación a otra mientras construye un paisaje de intensidades que se disponen a no concluir jamás.

Liliana González ha logrado de manera mágica transformar el ornamento de un episodio artesanal en una premonición casi arqueológica de una cultura por venir, de un ritual o una danza por inventarse, seguramente una nueva promesa de felicidad desplegada en unas superficies hipnotizantes.

Nadia Drubich es Nadia que pinta incansablemente una escritura llena de imágenes, de episodios que ocurrieron, que no ocurrieron, que no podrían ocurrir, pero siguen sucediendo porque personas, objetos y recuerdos quedan siempre sometidos a ser contados en lenguas que no tienen reglas, no tienen sintaxis y sus semánticas sólo dice que siempre hay mucho por decir.

Stella Quinteros se ha desplazado recientemente del campo del dibujo intenso hacia un territorio más específicamente pictórico, con gestos que arrastran más pintura y arman unos vértigos bellamente multicolores.

Así, “Mucha Pintura” es muchas maneras de pintar, muchas maneras de reafirmar el deseo de hacerlo, muchas maneras de contribuir a una infinita historia, y muchas maneras de sostener identidades que se rehacen y renuevan en torno al viejo oficio de dar vida a las imágenes.

 

Tulio de Sagastizábal, mayo de 2018.