La conquista del espacio

Este proyecto parte de una doble inspiración:

  1. la idea de discontinuidad como fenómeno asociado a todo proyecto creativo, a toda realización poética; una imagen que puede tener una fuente irrecusable en El Fantasma de la Libertad, el film de Buñuel que atesoro en mi memoria desde hace más de veinte años.
  2. el otro costado quizás pueda rastrearlo hasta El Hombre Ilustrado de Ray Bradbury, primer testimonio evidente para mí de como llevamos adheridas a nuestra piel nuestras propias historias, reales y ficticias a la vez.

Este doble origen es el punto de partida apropiado para intentar describir mi proyecto de exposición, pues lo que haré implica a su vez un doble movimiento: el de abrir lo que vulgarmente llamamos interioridad, espacio interior, en un intento de hurgar en algo de esa multiplicidad que constituye nuestro mecanismo de apropiación de la experiencia sensible de cada día, su acumulación y archivo, y el movimiento opuesto de transformar lo reconocible en lenguaje hacia los demás.

Como la experiencia descrita no ocurre en tal linealidad, la puesta en escena tampoco será legible en una semejante claridad.

El tópico general de la muestra estará dado por la instalación y distribución a lo largo de toda la sala de una secuencia de construcciones basadas en la imagen, el simulacro y la acumulación de escombros, obtenidos y fabricados, que funcionarán como soporte real para una sucesión de obras, como organización de los recorridos que se generarán, y por sobre todo como apropiación y redireccionamiento de la estética de la sala.

La idea es aproximar el clima a producir a una estética del desorden, la incertidumbre, el ruido, el pequeño descalabro infinito al que nuestra cotidianeidad nos acostumbra.

Podría decir que la idea es exponer el recorrido de unas meditaciones recurrentes sobre la experiencia de lo vivido, divagaciones, actuando el asombro que produce la corporeización como imagen de lo que reconocemos como mundo, como espacio cotidiano, como lugar entre los otros, como exteriorización del hábito y del supuesto que somos.

“La Conquista del Espacio” es eso: una parodia y una tragedia, simultáneamente, del deseo de estar ahí afuera como si todo fuera cierto, y nuestra presencia se consolidara como evidencia de que hemos podido colonizar la ficción hasta convertirla en realidad.

Pero el juego, el placer del juego es ir desgranando algunas de las piezas que intuimos como claves en una interpretación, recopilación, clasificación de los episodios que funcionarían como nudos significativos, a los que atribuimos un valor especial; pequeños monumentos personales que erigimos al momento mismo de recordar y enumerar.

Tal vez por ello sería bueno considerar entonces que las obras que constituirán los acentos, los puntos fijos de esta exposición están funcionando en el lugar de representaciones autoconscientes de su fragilidad, de su inestabilidad como formas, de su marcha desde y hacia su propia inmaterialidad.

Como si habláramos de una coagulación necesaria, imprescindible a la hora de definir nuestro punto de vista, nuestro lugar, y desde allí, y con ellos, los objetos digo, desplegar nuestra narrativa como alternativa de un estado de cosas.

El conjunto de obras que se suman al contexto general de los escombros son siete:

  1. La Gran Imagen,
  2. El Mono Gramático,
  3. Mirada Silenciosa
  4. Opacidad (video) y
  5. El Vidrio (que se realiza en este video).
  6. Travesía.
  7. El Libro por Entregas.

En los escombros, aquí y allá realizaré grafitis, repitiendo o simulando algunas de las obras realizadas, modificando sus contenidos, y también lo que podrían considerarse pequeñas obras sin retórica, como ser transcripciones textuales, listado de nombres como homenajes, o breves pensamientos y exclamaciones personales, etc. Un lugar de improvisación, un desproporcionado y público cuaderno de apuntes.

1.La Gran Imagen es un plano de aproximadamente 300x400cm.encerrado en una moldura directamente aplicada a la pared, simulando un espacio publicitario callejero.

La superficie de todo el plano está cubierta de sucesivas pegatinas de afiches, diseñados y realizados por mí, en serigrafía en dos, a lo sumo tres colores.

Son imágenes definidas como siluetas de “héroes” personales recolectadas por la memoria a lo largo de los años; figuras emblemáticas o proyecciones ficcionales, que han construido modelos desafiantes, impulsos a un crecimiento no programado. La resultante ha de ser un pastiche donde afloran fragmentos que aún conservan su aura, reunidos en una totalidad que más tiene de enigma que de lección histórica.

  1. El Mono Gramático (un préstamo de Octavio Paz). Sobre una malla, o red de metal que erige una silueta humana que habla en voz alta, en unas dimensiones mayores a una talla real (250 x 120 cm., aproximadamente), con un pie, o los dos, hundido en una “bota” de cemento, se adhieren multitud de vidrios de colores; algunos conservan restos de textos o leyendas, de palabras, que denuncian el carácter reflexivo de la figura y la tensión de sus oposiciones.
  2. Mirada Silenciosa es una pintura, realizada sobre tela, de grandes dimensiones, 400x400cm. Es un homenaje al trabajo singular y solitario del pintor; es un “centro” del evento, pero es también un testigo de la complejidad a la que pertenecen ambos, el pintor y la pintura.
  3. Opacidad es un video que prolonga, como ironía, una tradición: el artista pintando detrás de un vidrio mientras una cámara de filmación se esfuerza por capturar el instante transparente, prístino, de la Creación. Picasso, Pollock y muchos más han sido víctimas de este quizás involuntario fraude, que entre otros tantos ayudó a consolidar ideas del arte que aún perduran.
  4. El Vidrio es la obra, el rastro, la huella realizada en la acción precedente; su modesta presencia es como un signo de valor. Sus dimensiones serán aproximadamente de 200x200cm.
  5. Travesía es el placer de hacer, es el placer de imaginar, es el placer de reconstruir como obra, y prolongar en sus resonancias, lo que originariamente ha sido un registro del gusto más primario e incontrastable por lo bello: hablo de las cortinas de cintas plásticas de colores usadas para espantar las moscas. Un hábito popular que convierte una necesidad en motivo suficiente para desplegar un artificio que tiene el don de revertir la sordidez de un contexto. (Dimensiones aproximadas: 320x 500cm).
  6. El Libro por Entregas.

Esta obra nació del deseo de sustituir la idea de catálogo por la de un libro que incorporara la documentación necesaria sobre todo el evento, pero que funcionara además como un espejo impreso de la complejidad que se despliega en la producción artística, acaparando documentación, textos y testimonios del autor y otros, y sea verdaderamente el espacio de lo que no es obra en el sentido más restringido de esta definición. Pero que es con mucho lo que permite permanentemente desplazar nuestros puntos de vista, y de ese modo desplazar las obras mismas.

Se iría publicando a lo largo de la muestra, por entregas semanales, y concluirá con el final del evento, como libro, completo y encuadernado.

Los pliegos sucesivos del Libro por Entregas se presentarán en la muestra en una mesa de lectura construida a tal fin.

 

Tulio de Sagastizábal. Buenos Aires, enero de 2004.

 

Nota:

Se trató de un proyecto de exposición diseñado para el espacio de la Fundación Telefónica que no llegó a realizarse.